La zona alrededor de la intersección entre la falla Cockscomb (Cresta de Gallo) y la carretera US89 contiene algunas de las rocas con más color de la Meseta del Colorado, y no por falta de competencia. Además, hay todo tipo de formaciones rocosas por estos parajes, englobando desde lo sorprendente pasando por lo extraño y llegando hasta lo difícil de creer. Algunas requieren mucho esfuerzo físico para alcanzarlas, ya que están alejadas de pistas de arcilla raramente transitadas, las cuales se vuelven impasables durante días después de unas lluvias. Otras requieren algún tipo de investigación primero para enterarse de su existencia, luego determinar su localización, y finalmente descubrir cómo llegar hasta ellas. Y todavía otras necesitan de perseverancia o simplemente suerte cuando se solicita uno de los escasos permisos disponibles, los cuales existen para proteger el paisaje de las masas, y que generalmente se asignan por lotería. Y muchas de estas rocas caen simultáneamente en varias de las categorías anteriores.

Pero no el Hoodoo¹ de Toadstool (Seta Venenosa). Se encuentra situado a quince minutos de una carretera asfaltada, donde hay un aparcamiento con sitio para al menos veinte o treinta vehículos. No hay ninguna señal en la carretera alertando de su existencia, aunque esto no creo que dure mucho, ya que donde hace unos años no había nada ahora hay un camino bastante pisoteado que te lleva hasta la zona de los hoodoos. Su belleza hace que aparezca con frecuencia en libros y todo tipo de publicaciones, y que ocupe un lugar prominente en todas las guías de viaje de la zona. Y encima el acceso es gratuito y sin restricciones, con lo que se pueden imaginar los resultados. Mucha gente visita este lugar, pero dudo que muchos de ellos lo hayan hecho cuando el cielo tiene de hecho más color que las propias rocas.

Yo ya había puesto mi tienda de campaña por la zona, y no tenía pensado sacar fotografías esa tarde ya que el cielo estaba completamente cubierto de nubes. Pero un poco antes del anochecer me fijé en un hueco en las nubes precisamente donde el Sol iba estar justo antes de desaparecer tras el horizonte. Las posibilidades eran bajas, pero me metí rápidamente en el coche y conduje los pocos kilómetros que me separaban del aparcamiento. Agarré la mochila y el trípode y corrí colina arriba hasta donde se encuentran los hoodoos, una zona que conozco bastante bien. Llegué allí jadeando justo cuando el Sol apareció bajo las nubes, poniendo todo al rojo vivo. Durante unos pocos minutos los hoodoos estuvieron tan rojos que tuve muchos problemas tratando de evitar que el canal de los rojos de mi cámara no sobrepasara su límite. No recuerdo ninguna otra ocasión en que la luz del anochecer haya sido tan cálida como entonces. Cuando se puso el Sol, esperé unos pocos minutos, y entonces le tocó a la parte de abajo de las nubes, resultando en la imagen de arriba. Una escena irreal, con el cielo rojo y las rocas rojas. Difícil de repetir, eso seguro.

¹No conozco ninguna traducción para "hoodoo", pero en geología representa una columna de roca con forma extraña producida por distintas velocidades de erosión.

"Caminar cargado con una mochila ..., todos sabemos en qué manera intensifica la gravedad de la Tierra. Es algo incómodo, feo, monótono, que carece de emociones fuertes .... Carente de glamur, es simplemente la única manera de acceder donde uno quiere ir." Bruce Berger

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