Los bosques húmedos del Noroeste de Estados Unidos., junto a la costa del Océano Pacífico, son un lugar maravilloso para caminar debido a su exuberante vegetación, la gran cantidad de animales, los enormes árboles primarios, y el mullido suelo de los bien construidos senderos. Muchas plantas y mucho agua implica muchos insectos, y por lo tanto mucha comida para que se alimenten muchas arañas, las cuales necesitan construir muchas telas de araña. Así que aquel que se levante temprano y sea el primero del día en pasar por un determinado camino, y ese soy generalmente yo, muy a menudo se encuentra a si mismo rompiendo una tela de araña tras otra limpiando la ruta para aquellos que le sigan. Algunas veces se tiene suerte viéndolas a tiempo y puedes quitarlas con la mano y otras no tanto y lo haces con la cara, siempre con la preocupación de no saber si la dueña de la tela ha decidido irse de excursión contigo o no.

Este día había llovido bastante la noche anterior, con lo que muchas hojas se habían caído de los árboles para engancharse en las telas de araña en vez de llegar al suelo. A primera vista parecía que estaban flotando en el aire sin que nada las sujetara ahí. La completa falta de viento me permitió capturar esto en imágenes, incluso con los largos tiempos de exposición requeridos por la muy poca luz que atraviesa el bosque a horas tempranas de la mañana.

"Los bosques están infestados e hijos de puta como yo son la mitad del problema." Colin Fletcher

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