/// Wild Tracks - Landscape Photography by Eduardo Gallo

WILD TRACKS

Pasión por la Fotografía de Paisajes

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Refugio de la Vida Salvaje de Kenai, Alaska, EE.UU.

Agosto 2014

Refugio de la Vida Salvaje de Kenai, Alaska, EE.UU.

Canon 5D MkII & EF 24-105mm f/4L IS USM, 1/8s f/8 ISO400 @24mm

Google Earth para esta foto
PERSISTENCIA

Había sido un buen día. Me desperté en mitad de ningún sitio, mi lugar favorito. Saqué unas pocas fotos al amanecer, me comí el desayuno, desmonté la tienda, y salí disparado a encontrarme a la hora establecida con el pequeño bote que debía llevarme de vuelta a la civilización. No había viento y el agua estaba en calma, con lo que el desayuno permaneció en mi estómago en vez de alimentar a los peces. Incluso disfruté de la travesía, aunque sólo fuese para cambiar. Me duché en un local de lavadoras que sacaba un pellizco extra ofreciendo duchas a pescadores, camioneros, cazadores, mochileros, y demás. Una vez limpio salí a dar una vuelta por el puerto para matar algo de tiempo hasta la hora de comer. No me llevó mucho encontrar un sitio de Fish 'N' Chips con mesas fuera y vistas al Golfo de Alaska. Unos trozos de halibut bien fritos en algo no muy sano, servidos con generosas cantidades de algo todavía menos sano para untar, y acompañado con una botella (quizás dos) de cerveza mejicana, muy fría. Como dije arriba, un buen día.

Por entonces ya llevaba en Alaska tres semanas, no me había afeitado en el doble de tiempo, y tenía el aspecto que se puede esperar de alguien que lleva ese tiempo con la mochila a cuestas. Era uno de esos sitios en que uno pide y paga en la barra, luego se sienta con su bebida, y unos minutos después aparece alguien con la comida. La cuenta era algo más de diecinueve dólares, que con impuestos se convierten en veintiuno más cambio. Así que saco un billete de veinte y me pongo a buscar monedas al fondo de mi mochila, cuando para mi sorpresa, el dueño dice que está harto de los federales y que se pueden meter sus impuestos por donde les quepa. Que una cosa es cobrar los impuestos a los turistas y otra muy distinta coger el dinero duramente ganado a la gente de Alaska. Así que veinte dólares. Amén.

Después de comer me metí en el coche y empecé a conducir sin destino claro. Despacio y disfrutando de la carretera. Por la tarde empezaron a aparecer nubes a medida que la luz mejoraba. De algún modo se podía decir que el día tenía potencial, desde un punto de vista fotográfico, eso es. Cambié rápidamente de modo, de un "conducir lento escuchando música sin mucho más que hacer" a "necesito encontrar un buen sitio para el anochecer, por si acaso esto acaba siendo realmente bueno". Más fácil dicho que hecho en esta zona, llena de bosques, pistas de tierra, y unos pocos lagos aquí y allá, pero nada significativo que llamase mi atención. Un paraíso para pescadores y cazadores, un reto para un fotógrafo. Así que conduje y conduje de pista en pista sin encontrar nada mientras las nubes se multiplicaban y oscurecían sin prisa pero sin pausa. Al final, sin demasiado tiempo de sobra, encontré un sitio con buenas vistas a un lago. Demasiado tarde, ya que había empezado a llover y la luz había desaparecido. Resignado y sin ningún otro lugar al que ir, decidí dormir allí mismo y me puse a montar la tienda. Y mientras lo hacía, la tormenta pasó de largo, paró de llover, y el Sol apareció por unos minutos. Buena suerte para completar un buen día.

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