Mayo 2012
Parque Nacional de West MacDonnell, Territorio del Norte, Australia
Canon 5D MkII & EF 24-105mm f/4L IS USM, 2s f/8 ISO400 @32mm
Los Montes MacDonnell se extienden en dirección este-oeste por cientos de kilómetros a través del desierto del centro de Australia. Secos, escabrosos, y muy poco poblados, son el hogar ancestral de los Arrernte, uno de los muchos grupos de aborígenes australianos.
La cultura y espiritualidad aborígenes son bastante difíciles de explicar desde el exterior. Derivan de una interconexión con todos los elementos del mundo. La tierra es honrada como sagrada, y se enfatizan las conexiones íntimas entre los seres humanos y la naturaleza. Los aborígenes son increíblemente diversos, con más de 230 idiomas, muchos de ellos con sus respectivos dialectos. Cada grupo tiene su propia cultura, espiritualidad, e historias de la creación.
Aunque es imposible nombrar un único conjunto de creencias aplicable a todos los aborígenes, la siguiente frase resume unos principios fundamentales: "No somos dueños de la tierra, sino que la tierra es dueña nuestra. La tierra es nuestra madre, y nuestra madre es la tierra. La tierra es el comienzo donde todo empezó. Puedes coger un pedazo de tierra y decir que de aquí salí yo y aquí es donde volveré. La tierra es nuestra comida, nuestra cultura, nuestro espíritu, y nuestra identidad."
Los conceptos de soñar y sueño son básicos para la cultura aborigen. Se refieren a un "tiempo fuera del tiempo" y a un plano espiritual desde el cual los antepasados salieron para vagar por la tierra inicialmente estéril, lucharon y amaron, y crearon sus rasgos tal como los vemos hoy. Cada persona aborigen se identifica con algunos sueños específicos, en los cuales contacta con espíritus ancestrales. Soñar por lo tanto es lo que proporciona a los aborígenes su identidad y dicta cómo han de expresar su espiritualidad. Dentro de estas historias sagradas aparecen las leyes que gobiernan las relaciones entre la tierra, la gente, y los espíritus. Las leyendas sobre los sueños se pasan oralmente de generación en generación. Canciones, historias, rituales, lugares, y símbolos dan vida a los sueños.
Cada grupo aborigen posee una versión ligeramente distinta de la historia de la "Serpiente Arco Iris", que es quizás la creencia religiosa actual más antigua de la humanidad, ya que comenzó hace varios miles de años. La serpiente del arco iris siempre está asociada al agua, como por ejemplo pozas, ríos, arroyos, y lagos, y es el protector de la tierra y su gente, así como la fuente de toda la vida, aunque también puede convertirse en una fuerza destructiva si no se la respeta adecuadamente.
La versión más común de esta historia cuenta como en el sueño el mundo era inicialmente plano, vacio, y frío. La serpiente del arco iris dormía bajo tierra junto con todos los animales y tribus que esperaban para nacer. Cuando llegó el momento, la serpiente empujó hacia arriba, y llamó a los animales para que despertasen y la siguiesen. La serpiente apartó la tierra que la cubría creando montañas y colinas, y derramó agua sobre la tierra creando ríos y lagos. También creó el sol, el fuego, y todos los colores.
Otra historia bastante famosa en el centro de Australia es la del Yeperenye u oruga, la cual explica que las montañas MacDonnell fueron creadas por la acumulación de cadáveres de orugas cuando perdieron una gran batalla frente a sus enemigos, los chinches. Las orugas salieron de diferentes sitios conocidos hoy como el monte Stuart en el norte, el Finke al sur, Atula al este, y el monte Zeil al oeste. Se dice que los huecos en la cordillera se formaron cuando los chinches arrancaron las cabezas de las orugas.
Uno puede ciertamente empezar a creer en estas historias cuando acampa en el lugar de la imagen después de pasar días caminando por estas montañas a pleno sol. Vistas como ésta son sin embargo las que lograron que todo mereciese la pena, aunque esa es una historia contada aquí.
